domingo, 9 de marzo de 2008

NO ME GUSTAN… los políticos.


Ya vuelvo a generalizar, cosa que tampoco me gusta. El motivo de que me desagraden es que detesto el cinismo y la falsedad y al parecer son intrínsecos a la profesión de la política.

La política es una lucha de intereses enmascarada como enfrentamiento de principios. La gestión de lo público está privatizada por individuos que afirman hoy con desvergüenza lo que negaban hace un tiempo.

Y si ante la perspectiva de unas elecciones tienen que enfrentar a los ciudadanos entre sí, pues adelante. Se les llena la boca de palabras absurdas como patria o nación. Todo sea por mantener su cuota de poder.

Aunque lo más triste es que en el fondo tenemos la clase política que nos merecemos.

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